CAPITULO 1: NOCHE DE INVIERNO
WISCONSIN, USA
EXT. CARRETERA COMARCAL / NOCHE
INT. COCHE DE MIGUEL
Es de noche, una fuerte nevada cae sobre la región. Estamos a mediados de enero y el invierno, como cada año, es muy crudo en esta parte de Estados Unidos. Un coche circula a toda velocidad por la vía alumbrando el camino con dos potentes luces. Miguel, el marido de Eva, va manejando su lujoso auto de color negro, marca Audi A4 por una solitaria carretera rural rumbo a la ciudad de Chicago. Miguel habla por su teléfono celular, mientras con la otra mano atiende el volante del carro.
Miguel: ¡Sí, sí! Te digo que escuché como mi hermano Germán hablaba con su esposa Amanda en la casa de mi madre. Quieren quedarse con todo. El dinero, eso es lo único que les mueve, la hacienda, el maldito dinero.
Al otro lado del teléfono, alguien le escucha, pero no podemos saber qué es lo que le responde. Miguel prosigue, muy nervioso, la conversación, mientras conduce.
Miguel: ¿Qué? Pues si piensan que voy a dejarles el camino libre, lo llevan claro. No… no les voy a denunciar pero sí voy a encontrar pruebas suficientes para desenmascarar a Amanda y demostrar que ella y Germán están detrás de la muerte de mi cuñada Elisa. Sí, la mujer de mi hermano Santiago. ¿Te acuerdas?
La misteriosa voz le responde pero es imposible entender lo que le dice, no sabemos si es un hombre o una mujer.
Miguel: En cuanto llegue a Nueva York, hablamos. Tengo que dejarte, aún me faltan 200 kms para llegar a Chicago. Sí, mi avión sale a las 9 de la mañana. Nos vemos.
Terminando la llamada, Miguel deja el celular en el asiento de al lado, mientras continúa al volante. La ligera nevada se está convirtiendo en una fortísima ventisca. El limpiaparabrisas se activa para limpiar la luna delantera del coche. Miguel, muy agitado y nervioso por lo que acaba de descubrir, acelera el vehículo sin darse cuenta de que la calzada se está helando. Las temperaturas en Wisconsin han bajado esa noche hasta 10 grados bajo cero. La nieve y el viento dificultan la conducción pero Miguel no desiste, tiene que llegar al aeropuerto de Chicago y tomar ese avión. En cuestión de segundos pierde el control del coche. El auto resbala sobre el asfalto de la carretera a causa del hielo y se sale de la vía a toda velocidad, Miguel da un grito desgarrador. El carro se choca frontalmente contra un gran árbol. El marido de Eva muere en el acto.
SEVILLA, ESPAÑA
EXT. PLAZA VIRGEN DE LOS REYES / DÍA
Diego se encuentra tomando una cerveza en compañía de su padre, Santiago, sentados a una mesa en una de las numerosas terrazas que cada día llenan calles y plazas de la capital andaluza. La Giralda, la famosa torre de la catedral de Sevilla, preside la plaza. El chico y su padre conversan. El sol brilla en lo alto.
Diego: ¿Cuándo regresas a Estados Unidos, papá?
Santiago: Mañana, ya no puedo quedarme más, hijo. Me encanta España, lo sabes pero el deber me llama.
Diego: Deberías tomarte unas vacaciones este verano. En julio voy a irme con unos amigos a Mallorca una semana, podría presentarte a alguna chica. (Sonríe)
Santiago: Jajajaja. Ya no estoy para esas cosas, Diego. Eso tú, qué eres joven.
Diego: Lo digo en serio, papá. Porque me preocupo por ti.
Santiago: ¿Y tú, tienes alguna novia? ¿Amiga? ¿Algún “rollo” como dicen aquí?
Diego: Rollos sí, pero nada serio, no quiero enamorarme. Estoy bien así, soltero y libre como el viento. No pienso enamorarme nunca más.
Santiago: Sí tú lo dices… (Bebiendo su cerveza)
NUEVA YORK, USA
INT. CASA DE EVA Y MIGUEL / DORMITORIO / DÍA
El teléfono de la mesilla despierta a una muy dormida Eva. La esposa de Miguel toma la llamada somnolienta entre las sábanas.
Eva: ¿Diga? (Frotándose los ojos con la otra mano) ¿Quéee? (Sentándose en la cama horrorizada) ¡No… eso no puede ser! ¡Miguel!
Los gritos de Eva alertan a sus hijos quien a esa hora se preparan parar ir a clases. La hija mayor, Gloria, entra en el cuarto sin tocar a la puerta, asustada y preocupada.
Gloria: ¿Qué pasa mamá? ¿Estás bien?
Eva: Ay hija… ay mi vida… Tu padre… (Rompiendo a llorar)
En ese momento, el pequeño Ivan entra también al dormitorio.
Iván: ¿Mamá, me haces unas tost….?
Gloria: ¡Ahora no, Iván! (Preocupada) ¿Qué le pasó a papá, mamá? ¿Está bien? Dime que está bien.
Eva: Vuestro padre tuvo un accidente, está muerto. ¡Muerto! (Llorando deshecha)
Iván: ¡Noooo! ¡Noooooooooo!! (Rompe a llorar y sale corriendo del cuarto)
Gloria: ¡Iván! ¡Espera Iván! (Rota de dolor, sale tras su hermano)
WISCONSIN, USA
RANCHO LARSON WEST
INT. MANSIÓN / SALÓN / DÍA
Doña Ágata y su familia conversan sobre lo sucedido.
Ágata: ¿Y qué te dijo Eva, Germán?
Germán: Que tomarían el primer vuelo, eso me dijo.
Amanda: Esto es una verdadera tragedia, suegrita. Es horrible.
Ágata: ¡Sólo a Miguel se le ocurre ponerse de viaje con este clima! ¡Maldito necio, era igual que su padre que en paz descanse! (Con lágrimas en los ojos)
Yamila: No llores abuelita… Anda, ven, siéntate. (Tomando su mano la lleva a una silla). Le diré a Marisa que te prepare una tila para los nervios.
Ágata: ¡Qué tila ni que nada! ¡Amanda, haz el favor de llamar a Santiago! Otro que tal baila… nosotros aquí esperando por el cuerpo de Miguel y Santiago de vacaciones en España. Si es que… si es que… (Furiosa)
Amanda: Enseguida, suegrita… A eso iba, con permiso. (Se va, sonriendo falsamente)
Germán: Tienes que tranquilizarte mamá. Así no consigues nada. Calma, ya llegarán. Eva me dijo que estarían aquí por la tarde. Yo mismo iré a buscarlos al aeropuerto.
Ágata: Tantos años sin ver a esa muerta de hambre con la que se casó tu hermano. ¡Por su culpa Miguel está muerto! ¡Por culpa de ella!
Yamila: ¿Pero abue que tiene que ver mi tía Eva en esto por el amor de Dios? Fue un accidente.
Ágata: Tu tío Miguel se habría ido mañana para Nueva York, pero no, tuvo que salir anoche, “disque” porque la estúpida de Eva le dijo que tenía un caso en el bufete de Manhattan.
Germán: Nunca me cayó bien Eva y lo sabes mamá.
Ágata: Ni ganas de ver a esa naca… mexicana tenía que ser. Eva se casó con tu hermano Miguel por el dinero. Por el rancho.
Yamila: ¿En serio?
Ágata: Y tan en serio, hija. Eva Mendoza es una trepadora pero peor aún es su hermana.
Germán: ¿Quién, Paloma?
Ágata: Aquí que no venga la Miss Atlántico esa, porque no es bienvenida y lo sabe. Esa es otra marginal igual que su hermana. Son las dos iguales.
NUEVA YORK, USA
INT. AEROPUERTO JFK / DÍA
Eva y su hermana Paloma, así como sus hijos Gloria e Iván se disponen a subir a un avión.
Eva: No sabes cuanto te agradezco que vengas con nosotros a Wisconsin, hermanita.
Paloma: Era lo menos que podía hacer, Eva. No te puedo dejar sola ante esa bruja y su familia.
Gloria: ¡No la digas bruja a mi abuela, oye! ¿Pero tú que te has creído tía?
Iván: ¿Una bruja?
Eva: Bueno ya basta, por favor.
Paloma: Es la verdad, Gloria. Tú abuela Ágata es mala gente, te lo digo yo. Desde que tu madre y tu padre se casaron no ha parado de meter cizaña para separarlos. No la podía ni ver.
Gloria: Eso no es cierto. (Enojada)
Eva: No me interesa esa mujer, vamos al entierro de vuestro padre y punto. En cuanto termine nos regresaremos a Nueva York.
Paloma: Bien dicho, Eva. Vamos, que el avión está a punto de despegar y miren que horas son ya.
WISCONSIN, USA
RANCHO LARSON WEST
INT. GRANERO / DÍA
Yamila y su novio Javier se besan, semidesnudos y a escondidas.
Javier: Esto no está bien, Yami, nos van a ver. Además mañana es el funeral de tu tío Miguel, qué pensarían…
Yamila: No te preocupes por eso ahora, anda bésame y hazme tuya papi rico.
Javier: Mmm… (Se besan) No te puedo negar nada, mi caramelote. (Pensando para sí mismo: En cuanto nos casemos pasaré a ser parte de esta familia. Dinero… tierras, ganado… poder… jajajaja)
INT. MANSIÓN / SALÓN / DÍA
La vieja Ágata conversa con su nuera, la sensual y malvada Amanda.
Ágata: No voy a permitir que esa marginal se quede en el rancho, no faltaba más, Amanda.
Amanda: Eva tiene que irse por donde vino. No podemos dejar que se quede ahora que Miguel murió.
Ágata: Déjate que la vea, que me va a querer escuchar esa zafia. 5 años sin venir a Wisconsin, 5 años, que si no es por fotos no conocería casi a mis nietos. Pero esto no se va quedar así. Ahora que mi hijo no está, se va a enterar esa Eva de quién soy yo.
Amanda: ¿Qué piensa hacer, suegrita? (Sonríe con malicia)
Ágata: Voy a quitarle a mis nietos. Gloria e Iván vivirán acá conmigo, como debe ser. Son unos Larson.
En ese momento aparece Marisa, la criada de la familia con una bandeja y dos tazas de café.
Marisa: ¿Pero se ha vuelto loca doña Ágata? Eva es su madre, por Dios.
Ágata: ¡Tú te callas que contigo no va, maldita sirvienta metiche!
Amanda: Haz el favor de dejar esa bandeja ahí y lárgate a la cocina, estúpida. ¿Nunca te enseñaron a no escuchar conversaciones ajenas?
La pobre Marisa se marcha, indignada pero también asustada pues teme a sus patronas.
Ágata: Cualquier día la boto a la calle, la boto, eh. (Molesta) Me tiene harta.
INT. MANSIÓN / COCINA / DÍA
Marisa y el capataz del rancho, Héctor, hablan de lo ocurrido minutos antes en el salón de la casa.
Héctor: ¿Qué? ¿Pero qué dices?
Marisa: Lo que oyes, esa mujer es peor que una barracuda. ¿No y que dice ahora que le va a quitar los chicos a la pobre señora Eva?
Héctor: Doña Ágata no tiene límites, en serio que no. Cuando venga Diego voy a hablar con él.
Marisa: Ójala ese chico la haga entrar en razón pues de sus nietos, él fue siempre su ojito derecho. La verdad que es muy buen muchacho. Ya se le extraña por acá.
Héctor: Yo también tengo ganas de verle, Marisa.
INT. MANSIÓN / SALÓN / DÍA
Eva, Paloma, Iván y Gloria llegan a la casa, donde son recibidos por la familia al completo: Ágata, Germán, Amanda, Yamila y Javier.
Eva: ¿A qué hora es el funeral?
Amanda: Mañana.
Paloma: ¿Mañana, y eso por qué?
Germán: Aún faltan por llegar mi hermano Santiago y su hijo Diego. Estaban en España.
Iván: ¿Abuela puedo ir a ver los caballos con Héctor? Me aburro… (Triste)
Ágata: Claro que sí, mi vida… (Sonríe) Estás en tu casa, mi amor, pero abrígate que hace mucho frío hoy. Y tú Gloria mira puedes subir con tu prima Yamila para que te muestre el cuarto donde vas a dormir, compartirán habitación.
Ambas primas se marchan, mientras los mayores siguen la conversación.
Paloma: Ahora que mi cuñado murió, mi hermana va a reclamar sus derechos.
Ágata: Escúchame bien guapa… si viniste a intermediar por Eva, ya te estás largando de mi casa, porque por si no lo sabes, nadie te invitó.
Eva: Paloma, por favor…. No es el momento.
Paloma: Por supuesto que lo es.
Amanda: Siempre fuiste una metida… una lagarta, igual que tu hermana.
Eva: ¡Ya basta! ¡No te consiento que le hables así a Paloma! Aquí la única lagarta que hay eres tú, Amanda, tú si que te casaste con Germán por el dinero.
Amanda: Más vale que te calles… (Enojada)
Germán: Tu hermana lo único que vino es a importunar. Mira, Palomita, una cosa te voy a decir. La tercera parte de Larson West si era de mi hermano Miguel, y por tanto le corresponde a sus hijos, no a Eva. Y ellos aún son menores de edad.
Paloma: Pero bueno… Oye, yo soy abogada y sé los derechos que tiene mi hermana por estar casada con él. Ya sabía yo que esto iba a pasar, Eva.
Eva: No tengo ganas de discutir, ahora lo único que me interesa es el funeral de mi marido y regresar a mi casa cuanto antes.
Ágata: Pues eso no va a poder ser… mi amor.
Eva: ¿Ah no? ¿Y por qué no, si se puede saber?
Ágata: Tú te irás de Larson West si quieres, pero los niños se quedan acá conmigo.
Eva: ¿Quéee?
Paloma: Esta mujer está loca, no sabe ni lo que dice. Vámonos Eva, por favor.
Eva: ¡No ahora si que no me voy a callar doña Ágata! Mis hijos son míos, yo les parí y van a vivir conmigo. ¿Le queda claro? ¡Con su madre! ¡A saber que educación les daría usted! (Desafiante)
En ese momento la vieja villana le suelta una fortísima bofetada que la cruza la cara. Escuchamos música incidental. Eva se vuelve el rostro dolida por el golpe.
Paloma: ¿Pero como se atreve a ponerle una dedo encima a mi hermana? ¿Usted quién se cree que es?
Ágata: La dueña y señora de esta casa. Aquí mando yo, que les quede bien claro. (Soberbia)
Germán: ¡A mi madre la respetas, Eva!
Ágata: Mis nietos van a quedarse en el rancho te guste o no, y punto.
Eva: Eso todavía está por verse. (Se va enojada junto con Paloma)
Mientras…
Amanda: Estúpidas… siguen igual de nacas y altaneras que siempre.
Germán: No por mucho tiempo, cariño. Voy a mover cielo y tierra para que Gloria e Iván se queden en la hacienda como quiere mi madre. (Sirviéndose una copa de whisky)
Ágata: Germán, haz el favor y ponme a mi otra, doble, la necesito.
Mientras, Amanda piensa en silencio…
Amanda: Vieja borracha… alcóholica…
AL DÍA SIGUIENTE
RANCHO LARSON WEST
INT. MANSIÓN / DORMITORIO DE PALOMA / DÍA
La joven acaba de despertarse y sale del cuarto. Paloma camina lentamente por el pasillo en medio del silencio de la enorme mansión, para entrar en el cuarto de baño. La muchacha gira el pomo de la puerta y al entrar se encuentra con Diego, recién salido de la ducha y en toalla.
Paloma: ¡Upss, perdón! ¡Lo siento, lo siento! (Cerrando la puerta, avergonzada y nerviosa)
Dentro del cuarto de baño, Diego se ríe y abre la puerta. En el pasillo vuelve a ver a Paloma.
Diego: ¿Se puede saber quién eres tú y que haces en casa de mi abuela?
Paloma: Lo… lo siento… yo no…. No quería, yo…
Diego: No me has contestado a mi pregunta…. (Sonríe tierno)
Paloma: Me llamo Paloma, soy hermana de Eva.
Diego: Ahm…
Paloma: Y… y tú… ¿Eres?
Diego: Diego
Paloma: ¿Diego?
Diego: Sí, Diego, el hijo de Santiago. Soy sobrino de Miguel.
Paloma: ¡Ahhh! ¡Qué tonta, no me daba cuenta!
Diego: La verdad es que no te recuerdo. Creo que no nos conocemos.
Paloma: No.
Diego: ¿Vas a entrar?
Paloma: ¿A dónde?
Diego: ¿A dónde va a ser? ¡A la ducha! Jajajaja.
Paloma: Sí... sí, claro… Pero acaba tu primero, ya luego más tarde vengo.
Diego: No pasa nada, estamos en familia, mujer.
Paloma: Ya… (Mirándole de arriba abajo)
Diego: ¿Te ocurre algo preciosa?
Paloma: No… nada… (Sonríe tímida)
Diego: Bueno, está bien, me visto y enseguida salgo. ¿Me esperas?
Paloma: OK, está bien. (Sonríe dulce)
Mientras Diego entra de nuevo al baño cerrando la puerta tras de sí, Paloma respira aliviada. Aún avergonzada y nerviosa.
Paloma: Esto sólo me pasa a mí…
En ese momento aparece en el pasillo, Germán, quién la observa de arriba abajo pues Paloma sólo lleva una bata rosada. La joven trata de taparse el escote un poco más.
Germán: Buenos días… Palomita.
Paloma: Buenos días… (Seria)
Germán: ¿Qué haces acá tan sola? ¿Esperando turno?
Paloma: Parece mentira que una casona como esta tenga tan pocos cuartos de baño.
Germán: No te enojes, es que a ti te tocó el cuarto de invitados. ¿Qué querías? ¿Un jacuzzi para ti solita?
Paloma: No le veo la gracia…
Germán: El entierro es en dos horas, así que date prisa. ¿Ok?
Paloma: Ok…
Germán: Hasta luego (Se va)
Al mismo tiempo, dentro del cuarto de baño, Diego se afeita con una maquinilla eléctrica mientras se mira en el espejo.
CUARTO DE BAÑO
Diego: Así que Paloma… bonito nombre, sí señor. Paloma.
El chico se abotona la camisa y se pone la chaqueta del traje negro. Afuera, Paloma decide no esperar más y se regresa a su cuarto.
DORMITORIO DE PALOMA
Una vez dentro, la morena observa por la ventana el paisaje nevado del rancho. Paloma habla consigo misma.
Paloma: ¿Qué te pasa chica? ¿Por qué no puedes dejar de pensar en él? Si apenas le acabas de conocer…. Además, es nieto de esa bruja de Ágata… es imposible.
CUARTO DE BAÑO
Diego: No sé por qué pero esa sonrisa… esos ojos… ay Paloma, Paloma, que me da que yo te he visto antes y no sé en donde. (Ajustándose la corbata)
DORMITORIO DE PALOMA
Paloma: Es que es tan guapo… ¿Tendrá novia?
CUARTO DE BAÑO
Diego: ¿Y tendrá novio? Apuesto que si, una chica como esa no puede estar sola…
DORMITORIO DE PALOMA
Paloma: ¡Ay ya! ¡Ya! ¡Sácate esas ideas de la cabeza Paloma, sácatelas!
CUARTO DE BAÑO
Diego: Bueno ya Diego… ya déjalo.
Justo en ese momento Paloma se dispone a entrar de nuevo en el baño pensando que Diego ya se ha ido pues ha tocado a la puerta y él ni se ha dado cuenta. El chico abre la puerta y se la vuelve a encontrar.
Paloma: ¡Y otra vez!
Diego: Jajajaja, esto parece el metro de Londres en hora punta.
Paloma: Y que lo digas… (Sonríe) Es que me fui de nuevo a mi cuarto y ahora al venir de nuevo pensé ya habías salido, lo siento.
Diego: No pasa nada, ya puedes entrar. Lo he recogido un poquito por ti, eh, no vayas a pensar.
Paloma: Gracias, qué atento.
Diego: De nada… (Sonríe) Siento haberte hecho esperar.
Paloma: No pasa nada, Diego. No te preocupes.
Diego: Te veré en el funeral. Chao.
Paloma: Chao… (Sonríe y entra en el cuarto de baño)
INT. MANSIÓN / DESPACHO DE ÁGATA / DÍA
Sentada a su escritorio, Ágata y su hijo Santiago conversan.
Santiago: La policía dice que fue un accidente, no hay indicios de que fuera provocado mamá.
Ágata: Eso espero, hijo, eso espero. Y dime… ¿Cómo está Diego? No le he visto aún.
Santiago: Llegó muy cansado del viaje, se acostó un poco pero a esta hora seguramente ya esté alistándose para el funeral. Luego podrás hablar con él. Está muy contento con su trabajo en España. Dice que regresaría la semana que viene.
Ágata: Es una lástima porque me encantaría que se quedara y se hiciera cargo de los trabajos veterinarios de la hacienda. Mejor alguien de la familia, así todo queda en casa. Además que Diego siempre fue mi preferido entre todos mis nietos. Él es quien heredará Larson West en el futuro.
Santiago: ¿Y que hay de Yamila, Gloria e Iván?
Ágata: Esas niñas no valen para los negocios e Iván es muy pequeño todavía para pensar en algo así. El día que tanto yo como tu hermano Germán y tú faltemos, Diego se hará cargo de todo esto.
Santiago: Cambiando de tema, la próxima semana Germán y yo iremos a la Feria de Ganado de Illinois. Habíamos pensado en comprar un toro Aberdeen Angus.
Ágata: No me gustan los Angus, dan terneros muy pequeños. Prefiero seguir con Hereford, la ganancia en peso siempre es mayor a la hora de venderlos.
Santiago: Pero si hiciéramos ese cruce, mejoraríamos el rebaño. Todas las vacas son Hereford, mamá, sería bueno cambiar para…
Ágata: He dicho que no. Llevo más de 40 años al frente de Larson West y siempre nos hemos caracterizado por proveer la mejor carne del estado. Así que quiero un toro Hereford, el mejor semental que haya, no importa lo que cueste. El dinero no es problema y lo sabes.
Santiago: Está bien, se hará como tú digas…
INT. MANSIÓN / SALÓN / DÍA
Paloma y su sobrina Gloria hablan acerca de Diego, entre varias personas que han acudido al sepelio por el alma de Miguel.
Paloma: Esta mañana conocí a tu primo Diego. Muy simpático por cierto.
Gloria: ¿Verdad que sí? Yo hace años que no le veía, está muy guapo.
Paloma: ¿Y sabes si tiene novia o…?
Gloria: ¿Por qué la pregunta, tía Paloma?
Paloma: Nada, olvídalo, simple curiosidad.
Gloria: ¿Te gusta eh? (Sonríe pícara)
Paloma: Un poco…
Gloria: ¿Un poco sólo?
Paloma: Bueno, sí, mucho. Lo admito.
Gloria: No, no tiene novia. Ha estado viviendo en España varios años, trabaja en una finca de toros bravos como veterinario.
Paloma: Madre mía, que miedo…
Gloria: Así que creo cuando termine todo esto se volverá para allá otra vez.
Paloma: Entiendo… (Triste)
No muy lejos de allí, Diego conversa con su amigo Héctor.
Diego: ¿La ves?
Héctor: ¿Cuál de las dos, la chaparrita?
Diego: No, hombre, esa es mi prima, la otra, la alta.
Héctor: Ahh… si, si la veo…
Diego: Disimula, que no se de cuenta. ¿OK?
Héctor: Te gusta esa chica, picarón… Vaya, vaya…
Diego: Pero no me atrevo a decirle nada, no sé… apenas la acabo de conocer. Qué pensaría de mí….
Héctor: Ya deja la timidez y adelante, hombre.
Diego: No es timidez es… es que no me quiero enamorar y con ella no sé…
Héctor: ¿Por qué no te quieres enamorar a ver que yo me entere?
Diego: Porque sólo lo he hecho una vez en mi vida, cuando tenía 20 años y no salió bien. No quiero sufrir otra vez.
Héctor: Bueno pues diviértete con ella y ya está. ¿Qué pierdes con eso?
El chico se queda mirando a Paloma desde lo lejos, entre la multitud de gente que llena los jardines con motivo del funeral de Miguel. Paloma no se da cuenta y sigue hablando con su sobrina Gloria. Mientras, Héctor le da una palmada en la espalda a Diego y se marcha a hablar con Santiago y otras personas.
Eva se acerca a su hermana y su hija, vestida de luto riguroso.
Paloma: ¿Cómo te sientes Eva? Ya deseando que termine esto, imagino.
Eva: Sí, estoy cansada. Ya quiero irme a mi casa.
Paloma: Sí, será lo mejor… (Mirando a Diego)
Justo en ese instante las miradas de ambos jóvenes se cruzan entre la gente. Paloma se ruboriza. Diego no aparta su mirada, sonríe tierno y le guiña un ojo con picardía. Paloma rehúye la mirada, nerviosa se hace la tonta y sonríe mientras Eva y Gloria charlan ajenas a las indiscretas miradas de la pareja. Escuchamos música…
Entrégate – Luis Miguel
Entrégate, ya no te siento, deja que tu cuerpo se acostumbre a mi calor…
Entrégate, mi prisionera, la pasión no espera y yo no puedo más de amor…
CONTINUARÁ…
EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO
Ágata: Tu madre anda de ofrecida con Héctor, el capataz. (Miente)
Gloria: ¿Quéee? ¿Pero qué dices abuela?
Ágata: Lo que oyes, apenas hace unos días que enterramos a tu padre y mira como le guarda el luto… mira.
WISCONSIN, USA
EXT. CARRETERA COMARCAL / NOCHE
INT. COCHE DE MIGUEL
Es de noche, una fuerte nevada cae sobre la región. Estamos a mediados de enero y el invierno, como cada año, es muy crudo en esta parte de Estados Unidos. Un coche circula a toda velocidad por la vía alumbrando el camino con dos potentes luces. Miguel, el marido de Eva, va manejando su lujoso auto de color negro, marca Audi A4 por una solitaria carretera rural rumbo a la ciudad de Chicago. Miguel habla por su teléfono celular, mientras con la otra mano atiende el volante del carro.
Miguel: ¡Sí, sí! Te digo que escuché como mi hermano Germán hablaba con su esposa Amanda en la casa de mi madre. Quieren quedarse con todo. El dinero, eso es lo único que les mueve, la hacienda, el maldito dinero.
Al otro lado del teléfono, alguien le escucha, pero no podemos saber qué es lo que le responde. Miguel prosigue, muy nervioso, la conversación, mientras conduce.
Miguel: ¿Qué? Pues si piensan que voy a dejarles el camino libre, lo llevan claro. No… no les voy a denunciar pero sí voy a encontrar pruebas suficientes para desenmascarar a Amanda y demostrar que ella y Germán están detrás de la muerte de mi cuñada Elisa. Sí, la mujer de mi hermano Santiago. ¿Te acuerdas?
La misteriosa voz le responde pero es imposible entender lo que le dice, no sabemos si es un hombre o una mujer.
Miguel: En cuanto llegue a Nueva York, hablamos. Tengo que dejarte, aún me faltan 200 kms para llegar a Chicago. Sí, mi avión sale a las 9 de la mañana. Nos vemos.
Terminando la llamada, Miguel deja el celular en el asiento de al lado, mientras continúa al volante. La ligera nevada se está convirtiendo en una fortísima ventisca. El limpiaparabrisas se activa para limpiar la luna delantera del coche. Miguel, muy agitado y nervioso por lo que acaba de descubrir, acelera el vehículo sin darse cuenta de que la calzada se está helando. Las temperaturas en Wisconsin han bajado esa noche hasta 10 grados bajo cero. La nieve y el viento dificultan la conducción pero Miguel no desiste, tiene que llegar al aeropuerto de Chicago y tomar ese avión. En cuestión de segundos pierde el control del coche. El auto resbala sobre el asfalto de la carretera a causa del hielo y se sale de la vía a toda velocidad, Miguel da un grito desgarrador. El carro se choca frontalmente contra un gran árbol. El marido de Eva muere en el acto.
SEVILLA, ESPAÑA
EXT. PLAZA VIRGEN DE LOS REYES / DÍA
Diego se encuentra tomando una cerveza en compañía de su padre, Santiago, sentados a una mesa en una de las numerosas terrazas que cada día llenan calles y plazas de la capital andaluza. La Giralda, la famosa torre de la catedral de Sevilla, preside la plaza. El chico y su padre conversan. El sol brilla en lo alto.
Diego: ¿Cuándo regresas a Estados Unidos, papá?
Santiago: Mañana, ya no puedo quedarme más, hijo. Me encanta España, lo sabes pero el deber me llama.
Diego: Deberías tomarte unas vacaciones este verano. En julio voy a irme con unos amigos a Mallorca una semana, podría presentarte a alguna chica. (Sonríe)
Santiago: Jajajaja. Ya no estoy para esas cosas, Diego. Eso tú, qué eres joven.
Diego: Lo digo en serio, papá. Porque me preocupo por ti.
Santiago: ¿Y tú, tienes alguna novia? ¿Amiga? ¿Algún “rollo” como dicen aquí?
Diego: Rollos sí, pero nada serio, no quiero enamorarme. Estoy bien así, soltero y libre como el viento. No pienso enamorarme nunca más.
Santiago: Sí tú lo dices… (Bebiendo su cerveza)
NUEVA YORK, USA
INT. CASA DE EVA Y MIGUEL / DORMITORIO / DÍA
El teléfono de la mesilla despierta a una muy dormida Eva. La esposa de Miguel toma la llamada somnolienta entre las sábanas.
Eva: ¿Diga? (Frotándose los ojos con la otra mano) ¿Quéee? (Sentándose en la cama horrorizada) ¡No… eso no puede ser! ¡Miguel!
Los gritos de Eva alertan a sus hijos quien a esa hora se preparan parar ir a clases. La hija mayor, Gloria, entra en el cuarto sin tocar a la puerta, asustada y preocupada.
Gloria: ¿Qué pasa mamá? ¿Estás bien?
Eva: Ay hija… ay mi vida… Tu padre… (Rompiendo a llorar)
En ese momento, el pequeño Ivan entra también al dormitorio.
Iván: ¿Mamá, me haces unas tost….?
Gloria: ¡Ahora no, Iván! (Preocupada) ¿Qué le pasó a papá, mamá? ¿Está bien? Dime que está bien.
Eva: Vuestro padre tuvo un accidente, está muerto. ¡Muerto! (Llorando deshecha)
Iván: ¡Noooo! ¡Noooooooooo!! (Rompe a llorar y sale corriendo del cuarto)
Gloria: ¡Iván! ¡Espera Iván! (Rota de dolor, sale tras su hermano)
WISCONSIN, USA
RANCHO LARSON WEST
INT. MANSIÓN / SALÓN / DÍA
Doña Ágata y su familia conversan sobre lo sucedido.
Ágata: ¿Y qué te dijo Eva, Germán?
Germán: Que tomarían el primer vuelo, eso me dijo.
Amanda: Esto es una verdadera tragedia, suegrita. Es horrible.
Ágata: ¡Sólo a Miguel se le ocurre ponerse de viaje con este clima! ¡Maldito necio, era igual que su padre que en paz descanse! (Con lágrimas en los ojos)
Yamila: No llores abuelita… Anda, ven, siéntate. (Tomando su mano la lleva a una silla). Le diré a Marisa que te prepare una tila para los nervios.
Ágata: ¡Qué tila ni que nada! ¡Amanda, haz el favor de llamar a Santiago! Otro que tal baila… nosotros aquí esperando por el cuerpo de Miguel y Santiago de vacaciones en España. Si es que… si es que… (Furiosa)
Amanda: Enseguida, suegrita… A eso iba, con permiso. (Se va, sonriendo falsamente)
Germán: Tienes que tranquilizarte mamá. Así no consigues nada. Calma, ya llegarán. Eva me dijo que estarían aquí por la tarde. Yo mismo iré a buscarlos al aeropuerto.
Ágata: Tantos años sin ver a esa muerta de hambre con la que se casó tu hermano. ¡Por su culpa Miguel está muerto! ¡Por culpa de ella!
Yamila: ¿Pero abue que tiene que ver mi tía Eva en esto por el amor de Dios? Fue un accidente.
Ágata: Tu tío Miguel se habría ido mañana para Nueva York, pero no, tuvo que salir anoche, “disque” porque la estúpida de Eva le dijo que tenía un caso en el bufete de Manhattan.
Germán: Nunca me cayó bien Eva y lo sabes mamá.
Ágata: Ni ganas de ver a esa naca… mexicana tenía que ser. Eva se casó con tu hermano Miguel por el dinero. Por el rancho.
Yamila: ¿En serio?
Ágata: Y tan en serio, hija. Eva Mendoza es una trepadora pero peor aún es su hermana.
Germán: ¿Quién, Paloma?
Ágata: Aquí que no venga la Miss Atlántico esa, porque no es bienvenida y lo sabe. Esa es otra marginal igual que su hermana. Son las dos iguales.
NUEVA YORK, USA
INT. AEROPUERTO JFK / DÍA
Eva y su hermana Paloma, así como sus hijos Gloria e Iván se disponen a subir a un avión.
Eva: No sabes cuanto te agradezco que vengas con nosotros a Wisconsin, hermanita.
Paloma: Era lo menos que podía hacer, Eva. No te puedo dejar sola ante esa bruja y su familia.
Gloria: ¡No la digas bruja a mi abuela, oye! ¿Pero tú que te has creído tía?
Iván: ¿Una bruja?
Eva: Bueno ya basta, por favor.
Paloma: Es la verdad, Gloria. Tú abuela Ágata es mala gente, te lo digo yo. Desde que tu madre y tu padre se casaron no ha parado de meter cizaña para separarlos. No la podía ni ver.
Gloria: Eso no es cierto. (Enojada)
Eva: No me interesa esa mujer, vamos al entierro de vuestro padre y punto. En cuanto termine nos regresaremos a Nueva York.
Paloma: Bien dicho, Eva. Vamos, que el avión está a punto de despegar y miren que horas son ya.
WISCONSIN, USA
RANCHO LARSON WEST
INT. GRANERO / DÍA
Yamila y su novio Javier se besan, semidesnudos y a escondidas.
Javier: Esto no está bien, Yami, nos van a ver. Además mañana es el funeral de tu tío Miguel, qué pensarían…
Yamila: No te preocupes por eso ahora, anda bésame y hazme tuya papi rico.
Javier: Mmm… (Se besan) No te puedo negar nada, mi caramelote. (Pensando para sí mismo: En cuanto nos casemos pasaré a ser parte de esta familia. Dinero… tierras, ganado… poder… jajajaja)
INT. MANSIÓN / SALÓN / DÍA
La vieja Ágata conversa con su nuera, la sensual y malvada Amanda.
Ágata: No voy a permitir que esa marginal se quede en el rancho, no faltaba más, Amanda.
Amanda: Eva tiene que irse por donde vino. No podemos dejar que se quede ahora que Miguel murió.
Ágata: Déjate que la vea, que me va a querer escuchar esa zafia. 5 años sin venir a Wisconsin, 5 años, que si no es por fotos no conocería casi a mis nietos. Pero esto no se va quedar así. Ahora que mi hijo no está, se va a enterar esa Eva de quién soy yo.
Amanda: ¿Qué piensa hacer, suegrita? (Sonríe con malicia)
Ágata: Voy a quitarle a mis nietos. Gloria e Iván vivirán acá conmigo, como debe ser. Son unos Larson.
En ese momento aparece Marisa, la criada de la familia con una bandeja y dos tazas de café.
Marisa: ¿Pero se ha vuelto loca doña Ágata? Eva es su madre, por Dios.
Ágata: ¡Tú te callas que contigo no va, maldita sirvienta metiche!
Amanda: Haz el favor de dejar esa bandeja ahí y lárgate a la cocina, estúpida. ¿Nunca te enseñaron a no escuchar conversaciones ajenas?
La pobre Marisa se marcha, indignada pero también asustada pues teme a sus patronas.
Ágata: Cualquier día la boto a la calle, la boto, eh. (Molesta) Me tiene harta.
INT. MANSIÓN / COCINA / DÍA
Marisa y el capataz del rancho, Héctor, hablan de lo ocurrido minutos antes en el salón de la casa.
Héctor: ¿Qué? ¿Pero qué dices?
Marisa: Lo que oyes, esa mujer es peor que una barracuda. ¿No y que dice ahora que le va a quitar los chicos a la pobre señora Eva?
Héctor: Doña Ágata no tiene límites, en serio que no. Cuando venga Diego voy a hablar con él.
Marisa: Ójala ese chico la haga entrar en razón pues de sus nietos, él fue siempre su ojito derecho. La verdad que es muy buen muchacho. Ya se le extraña por acá.
Héctor: Yo también tengo ganas de verle, Marisa.
INT. MANSIÓN / SALÓN / DÍA
Eva, Paloma, Iván y Gloria llegan a la casa, donde son recibidos por la familia al completo: Ágata, Germán, Amanda, Yamila y Javier.
Eva: ¿A qué hora es el funeral?
Amanda: Mañana.
Paloma: ¿Mañana, y eso por qué?
Germán: Aún faltan por llegar mi hermano Santiago y su hijo Diego. Estaban en España.
Iván: ¿Abuela puedo ir a ver los caballos con Héctor? Me aburro… (Triste)
Ágata: Claro que sí, mi vida… (Sonríe) Estás en tu casa, mi amor, pero abrígate que hace mucho frío hoy. Y tú Gloria mira puedes subir con tu prima Yamila para que te muestre el cuarto donde vas a dormir, compartirán habitación.
Ambas primas se marchan, mientras los mayores siguen la conversación.
Paloma: Ahora que mi cuñado murió, mi hermana va a reclamar sus derechos.
Ágata: Escúchame bien guapa… si viniste a intermediar por Eva, ya te estás largando de mi casa, porque por si no lo sabes, nadie te invitó.
Eva: Paloma, por favor…. No es el momento.
Paloma: Por supuesto que lo es.
Amanda: Siempre fuiste una metida… una lagarta, igual que tu hermana.
Eva: ¡Ya basta! ¡No te consiento que le hables así a Paloma! Aquí la única lagarta que hay eres tú, Amanda, tú si que te casaste con Germán por el dinero.
Amanda: Más vale que te calles… (Enojada)
Germán: Tu hermana lo único que vino es a importunar. Mira, Palomita, una cosa te voy a decir. La tercera parte de Larson West si era de mi hermano Miguel, y por tanto le corresponde a sus hijos, no a Eva. Y ellos aún son menores de edad.
Paloma: Pero bueno… Oye, yo soy abogada y sé los derechos que tiene mi hermana por estar casada con él. Ya sabía yo que esto iba a pasar, Eva.
Eva: No tengo ganas de discutir, ahora lo único que me interesa es el funeral de mi marido y regresar a mi casa cuanto antes.
Ágata: Pues eso no va a poder ser… mi amor.
Eva: ¿Ah no? ¿Y por qué no, si se puede saber?
Ágata: Tú te irás de Larson West si quieres, pero los niños se quedan acá conmigo.
Eva: ¿Quéee?
Paloma: Esta mujer está loca, no sabe ni lo que dice. Vámonos Eva, por favor.
Eva: ¡No ahora si que no me voy a callar doña Ágata! Mis hijos son míos, yo les parí y van a vivir conmigo. ¿Le queda claro? ¡Con su madre! ¡A saber que educación les daría usted! (Desafiante)
En ese momento la vieja villana le suelta una fortísima bofetada que la cruza la cara. Escuchamos música incidental. Eva se vuelve el rostro dolida por el golpe.
Paloma: ¿Pero como se atreve a ponerle una dedo encima a mi hermana? ¿Usted quién se cree que es?
Ágata: La dueña y señora de esta casa. Aquí mando yo, que les quede bien claro. (Soberbia)
Germán: ¡A mi madre la respetas, Eva!
Ágata: Mis nietos van a quedarse en el rancho te guste o no, y punto.
Eva: Eso todavía está por verse. (Se va enojada junto con Paloma)
Mientras…
Amanda: Estúpidas… siguen igual de nacas y altaneras que siempre.
Germán: No por mucho tiempo, cariño. Voy a mover cielo y tierra para que Gloria e Iván se queden en la hacienda como quiere mi madre. (Sirviéndose una copa de whisky)
Ágata: Germán, haz el favor y ponme a mi otra, doble, la necesito.
Mientras, Amanda piensa en silencio…
Amanda: Vieja borracha… alcóholica…
AL DÍA SIGUIENTE
RANCHO LARSON WEST
INT. MANSIÓN / DORMITORIO DE PALOMA / DÍA
La joven acaba de despertarse y sale del cuarto. Paloma camina lentamente por el pasillo en medio del silencio de la enorme mansión, para entrar en el cuarto de baño. La muchacha gira el pomo de la puerta y al entrar se encuentra con Diego, recién salido de la ducha y en toalla.
Paloma: ¡Upss, perdón! ¡Lo siento, lo siento! (Cerrando la puerta, avergonzada y nerviosa)
Dentro del cuarto de baño, Diego se ríe y abre la puerta. En el pasillo vuelve a ver a Paloma.
Diego: ¿Se puede saber quién eres tú y que haces en casa de mi abuela?
Paloma: Lo… lo siento… yo no…. No quería, yo…
Diego: No me has contestado a mi pregunta…. (Sonríe tierno)
Paloma: Me llamo Paloma, soy hermana de Eva.
Diego: Ahm…
Paloma: Y… y tú… ¿Eres?
Diego: Diego
Paloma: ¿Diego?
Diego: Sí, Diego, el hijo de Santiago. Soy sobrino de Miguel.
Paloma: ¡Ahhh! ¡Qué tonta, no me daba cuenta!
Diego: La verdad es que no te recuerdo. Creo que no nos conocemos.
Paloma: No.
Diego: ¿Vas a entrar?
Paloma: ¿A dónde?
Diego: ¿A dónde va a ser? ¡A la ducha! Jajajaja.
Paloma: Sí... sí, claro… Pero acaba tu primero, ya luego más tarde vengo.
Diego: No pasa nada, estamos en familia, mujer.
Paloma: Ya… (Mirándole de arriba abajo)
Diego: ¿Te ocurre algo preciosa?
Paloma: No… nada… (Sonríe tímida)
Diego: Bueno, está bien, me visto y enseguida salgo. ¿Me esperas?
Paloma: OK, está bien. (Sonríe dulce)
Mientras Diego entra de nuevo al baño cerrando la puerta tras de sí, Paloma respira aliviada. Aún avergonzada y nerviosa.
Paloma: Esto sólo me pasa a mí…
En ese momento aparece en el pasillo, Germán, quién la observa de arriba abajo pues Paloma sólo lleva una bata rosada. La joven trata de taparse el escote un poco más.
Germán: Buenos días… Palomita.
Paloma: Buenos días… (Seria)
Germán: ¿Qué haces acá tan sola? ¿Esperando turno?
Paloma: Parece mentira que una casona como esta tenga tan pocos cuartos de baño.
Germán: No te enojes, es que a ti te tocó el cuarto de invitados. ¿Qué querías? ¿Un jacuzzi para ti solita?
Paloma: No le veo la gracia…
Germán: El entierro es en dos horas, así que date prisa. ¿Ok?
Paloma: Ok…
Germán: Hasta luego (Se va)
Al mismo tiempo, dentro del cuarto de baño, Diego se afeita con una maquinilla eléctrica mientras se mira en el espejo.
CUARTO DE BAÑO
Diego: Así que Paloma… bonito nombre, sí señor. Paloma.
El chico se abotona la camisa y se pone la chaqueta del traje negro. Afuera, Paloma decide no esperar más y se regresa a su cuarto.
DORMITORIO DE PALOMA
Una vez dentro, la morena observa por la ventana el paisaje nevado del rancho. Paloma habla consigo misma.
Paloma: ¿Qué te pasa chica? ¿Por qué no puedes dejar de pensar en él? Si apenas le acabas de conocer…. Además, es nieto de esa bruja de Ágata… es imposible.
CUARTO DE BAÑO
Diego: No sé por qué pero esa sonrisa… esos ojos… ay Paloma, Paloma, que me da que yo te he visto antes y no sé en donde. (Ajustándose la corbata)
DORMITORIO DE PALOMA
Paloma: Es que es tan guapo… ¿Tendrá novia?
CUARTO DE BAÑO
Diego: ¿Y tendrá novio? Apuesto que si, una chica como esa no puede estar sola…
DORMITORIO DE PALOMA
Paloma: ¡Ay ya! ¡Ya! ¡Sácate esas ideas de la cabeza Paloma, sácatelas!
CUARTO DE BAÑO
Diego: Bueno ya Diego… ya déjalo.
Justo en ese momento Paloma se dispone a entrar de nuevo en el baño pensando que Diego ya se ha ido pues ha tocado a la puerta y él ni se ha dado cuenta. El chico abre la puerta y se la vuelve a encontrar.
Paloma: ¡Y otra vez!
Diego: Jajajaja, esto parece el metro de Londres en hora punta.
Paloma: Y que lo digas… (Sonríe) Es que me fui de nuevo a mi cuarto y ahora al venir de nuevo pensé ya habías salido, lo siento.
Diego: No pasa nada, ya puedes entrar. Lo he recogido un poquito por ti, eh, no vayas a pensar.
Paloma: Gracias, qué atento.
Diego: De nada… (Sonríe) Siento haberte hecho esperar.
Paloma: No pasa nada, Diego. No te preocupes.
Diego: Te veré en el funeral. Chao.
Paloma: Chao… (Sonríe y entra en el cuarto de baño)
INT. MANSIÓN / DESPACHO DE ÁGATA / DÍA
Sentada a su escritorio, Ágata y su hijo Santiago conversan.
Santiago: La policía dice que fue un accidente, no hay indicios de que fuera provocado mamá.
Ágata: Eso espero, hijo, eso espero. Y dime… ¿Cómo está Diego? No le he visto aún.
Santiago: Llegó muy cansado del viaje, se acostó un poco pero a esta hora seguramente ya esté alistándose para el funeral. Luego podrás hablar con él. Está muy contento con su trabajo en España. Dice que regresaría la semana que viene.
Ágata: Es una lástima porque me encantaría que se quedara y se hiciera cargo de los trabajos veterinarios de la hacienda. Mejor alguien de la familia, así todo queda en casa. Además que Diego siempre fue mi preferido entre todos mis nietos. Él es quien heredará Larson West en el futuro.
Santiago: ¿Y que hay de Yamila, Gloria e Iván?
Ágata: Esas niñas no valen para los negocios e Iván es muy pequeño todavía para pensar en algo así. El día que tanto yo como tu hermano Germán y tú faltemos, Diego se hará cargo de todo esto.
Santiago: Cambiando de tema, la próxima semana Germán y yo iremos a la Feria de Ganado de Illinois. Habíamos pensado en comprar un toro Aberdeen Angus.
Ágata: No me gustan los Angus, dan terneros muy pequeños. Prefiero seguir con Hereford, la ganancia en peso siempre es mayor a la hora de venderlos.
Santiago: Pero si hiciéramos ese cruce, mejoraríamos el rebaño. Todas las vacas son Hereford, mamá, sería bueno cambiar para…
Ágata: He dicho que no. Llevo más de 40 años al frente de Larson West y siempre nos hemos caracterizado por proveer la mejor carne del estado. Así que quiero un toro Hereford, el mejor semental que haya, no importa lo que cueste. El dinero no es problema y lo sabes.
Santiago: Está bien, se hará como tú digas…
INT. MANSIÓN / SALÓN / DÍA
Paloma y su sobrina Gloria hablan acerca de Diego, entre varias personas que han acudido al sepelio por el alma de Miguel.
Paloma: Esta mañana conocí a tu primo Diego. Muy simpático por cierto.
Gloria: ¿Verdad que sí? Yo hace años que no le veía, está muy guapo.
Paloma: ¿Y sabes si tiene novia o…?
Gloria: ¿Por qué la pregunta, tía Paloma?
Paloma: Nada, olvídalo, simple curiosidad.
Gloria: ¿Te gusta eh? (Sonríe pícara)
Paloma: Un poco…
Gloria: ¿Un poco sólo?
Paloma: Bueno, sí, mucho. Lo admito.
Gloria: No, no tiene novia. Ha estado viviendo en España varios años, trabaja en una finca de toros bravos como veterinario.
Paloma: Madre mía, que miedo…
Gloria: Así que creo cuando termine todo esto se volverá para allá otra vez.
Paloma: Entiendo… (Triste)
No muy lejos de allí, Diego conversa con su amigo Héctor.
Diego: ¿La ves?
Héctor: ¿Cuál de las dos, la chaparrita?
Diego: No, hombre, esa es mi prima, la otra, la alta.
Héctor: Ahh… si, si la veo…
Diego: Disimula, que no se de cuenta. ¿OK?
Héctor: Te gusta esa chica, picarón… Vaya, vaya…
Diego: Pero no me atrevo a decirle nada, no sé… apenas la acabo de conocer. Qué pensaría de mí….
Héctor: Ya deja la timidez y adelante, hombre.
Diego: No es timidez es… es que no me quiero enamorar y con ella no sé…
Héctor: ¿Por qué no te quieres enamorar a ver que yo me entere?
Diego: Porque sólo lo he hecho una vez en mi vida, cuando tenía 20 años y no salió bien. No quiero sufrir otra vez.
Héctor: Bueno pues diviértete con ella y ya está. ¿Qué pierdes con eso?
El chico se queda mirando a Paloma desde lo lejos, entre la multitud de gente que llena los jardines con motivo del funeral de Miguel. Paloma no se da cuenta y sigue hablando con su sobrina Gloria. Mientras, Héctor le da una palmada en la espalda a Diego y se marcha a hablar con Santiago y otras personas.
Eva se acerca a su hermana y su hija, vestida de luto riguroso.
Paloma: ¿Cómo te sientes Eva? Ya deseando que termine esto, imagino.
Eva: Sí, estoy cansada. Ya quiero irme a mi casa.
Paloma: Sí, será lo mejor… (Mirando a Diego)
Justo en ese instante las miradas de ambos jóvenes se cruzan entre la gente. Paloma se ruboriza. Diego no aparta su mirada, sonríe tierno y le guiña un ojo con picardía. Paloma rehúye la mirada, nerviosa se hace la tonta y sonríe mientras Eva y Gloria charlan ajenas a las indiscretas miradas de la pareja. Escuchamos música…
Entrégate – Luis Miguel
Entrégate, ya no te siento, deja que tu cuerpo se acostumbre a mi calor…
Entrégate, mi prisionera, la pasión no espera y yo no puedo más de amor…
CONTINUARÁ…
EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO
Ágata: Tu madre anda de ofrecida con Héctor, el capataz. (Miente)
Gloria: ¿Quéee? ¿Pero qué dices abuela?
Ágata: Lo que oyes, apenas hace unos días que enterramos a tu padre y mira como le guarda el luto… mira.
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