jueves, 10 de julio de 2014

Capítulo 25: Gran Final








EL PODER DEL DINERO
CAPÍTULO 25: GRAN FINAL
 
 
AL DÍA SIGUIENTE
NUEVA YORK, NY.
INT. / CASA DE EVA Y PALOMA, SALÓN / DÍA
 
Toda la familia conversa mientras almuerzan, todos están sentados a una gran mesa ovalada presidida por César en un extremo y su hermana Eva en el otro. En uno de los lados están Paloma y su cuñada Claudia, y frente a ellas Iván, el hijo de Eva. Mientras el bebé, Daniel, hijo de Diego y Paloma, duerme plácidamente en su cochecito.



 
Paloma: Bueno pues ahora en cuanto terminemos de comer me voy a ir a dar un paseo con Danielito e Iván. ¿Vienen con nosotros?
 
César: Yo no puedo hermanita, tengo trabajo en el locutorio.
 
Eva: Yo tampoco, tengo que echar una mano a César.
 
Paloma: ¿Y tú cuñadita?
 
Claudia: Lo siento Paloma, pero tengo la tarde ocupadísima corrigiendo exámenes de los niños de la escuela donde trabajo ahora.
 
Iván: Pues vaya un rollo, nadie puede venir…
 
Paloma: No importa sobrino, verás como lo pasamos bien los tres. (Sonríe dulce)
 
Iván: Ya tengo ganas de que Danielito crezca y poder jugar con él al futbol.
 
César: Cuando Danielito pueda tú ya no querrás jugar con él y andarás con la novia. (Se burla)
 
Iván: ¡Tío, deja de decir bobadas! Yo nunca voy a tener novia.
 
Eva: Eso dices ahora, jajaja.
 
Todos ríen a carcajadas.
 
 
INT. / AEROPUERTO JFK DE NUEVA YORK, ZONA DE LLEGADAS / DÍA
 
Doña Ágata llega a Nueva York en un vuelo de American Airlines procedente de Chicago. La villana ya sabe que Paloma tuvo un hijo con su nieto Diego y viene dispuesta a arrebatárselo con la ayuda de su ahora fiel lacayo, Ernesto, el primo de Diego. Ambos se encuentran en la zona de llegadas del aeropuerto. Doña Ágata luce muy elegante, con un abrigo de pieles blanco y unas oscuras gafas de sol, siempre enjoyada y con mucha clase como es habitual en ella. La villana se quita las gafas y habla con Ernesto quien ya estaba esperándola.



 
Ernesto: Buenas tardes, doña Ágata. (Sonríe) 
 
Ágata: Llévame al hotel… necesito una ducha y cambiarme de ropa… 
 
Ernesto: Cómo usted ordene, mi señora. ¿Trajo mi dinero?
 
Ágata: Aquí lo tengo en mi bolso, luego te daré lo prometido. Quiero que después me lleves a donde vive es malnacida de Paloma Mendoza. Quiero ver con mis propios ojos como esa infeliz ha estado ocultándole a Diego que tiene un hijo de él.
 
Ernesto: Yo tampoco podía creerlo, doña Ágata pero así es. Esa mujer les ha engañado a todos.
 
Ágata: Voy a acabar con esa mugrosa y con la zorra de su hermana Eva de una vez por todas, Ernesto. Ahora si que esa gentuza va a saber quien es Ágata Larson.
 
Escuchamos música incidental.
 
 
RANCHO LARSON WEST, WISCONSIN
INT. / MANSIÓN, SALÓN / DÍA
 
Braulia, la alocada sirvienta de la casa, conversa con Diego. La pobre mujer duda si contarle la verdad sobre el diario de su abuela.



 
Diego: ¡Habla de una vez Braulia! ¿Qué es eso tan importante que quieres decirme?
 
Braulia: Ay joven… es que… mire no me vaya a tomar por chismosa, por favor se lo pido.
 
Diego: ¿Qué pasa? No entiendo a dónde quieres llegar, Braulia.
 
Braulia: Anoche, estaba yo limpiando en el despacho de su abuela doña Ágata y por casualidad la caja fuerte estaba abierta.
 
Diego: Braulia… no me irás a decir que robaste dinero de mi abuela porque te juro que… (Enojado)
 
Braulia: ¡Nada que ver! Mucho peor…
 
Diego: ¿De qué estás hablando? ¿Qué puede ser peor que robar, dime?
 
Braulia: Encontré un diario, el diario personal de doña Ágata, joven. Y no se lo va a creer…
 
Diego: ¿Creer el qué? ¡Braulia por el amor de Dios, habla de una vez!
 
Braulia: Ahí le va, no me lo va a creer, pero usted así lo ha querido, pues ahí le va. En ese diario, Diego, esa mujer tiene escritos un montón de secretos personales muy, muy graves. 
 
Diego: Braulia no está bien espiar esas cosas, un diario es algo muy personal. No debiste…
 
Braulia: ¡Cállese y escúcheme por favor! Doña Ágata confiesa y cuenta en ese diario que ella fue quien ordenó matar a su mamá de usted, ¡a la difunta doña Elisa!
 
Diego: ¿Quéeee? (Alucinado) ¡No eso no puede ser Braulia! ¡Estás loca! 
 
Braulia: ¡Le juro por mi madrecita santa que está en el cielo que le estoy diciendo la verdad! ¡Y no sólo eso, doña Ágata mató también al señor Matías. 
 
Diego: ¿Pero de qué estás hablando? Mi abuela no es ninguna asesina…
 
Braulia: ¿Ah que no me cree? ¿Qué fue lo que le dijo su otra abuela, la señora como se llama…? 
 
Diego: Mi abuela Esther me dijo que…  un momento…
 
Braulia: ¿Qué? ¿A que doña Esther le dijo lo mismo que yo? ¿Ah? Doña Ágata fue la autora intelectual del crimen contra su mamá. Doña Ágata es una criminal. ¡UNA ASESINA! 
 
Escuchamos música incidental…
 
Diego: No eso no puede ser cierto, Braulia no… ¡Díos mío! Mi abuela Esther tenía razón… tenía razón al sospechar de mi abuela Ágata. ¡Esto no puede ser verdad, Braulia! ¡No puede ser cierto! (Histérico, se va corriendo)
 
Braulia: ¿A dónde va joven? ¡Joven Diego!
 
Diego: ¡Tengo que hablar con mi papá… Necesito un teléfono… Necesito que él y Fedora regresen cuanto antes de Hawaii. ¿Dónde está mi abuela?
 
Braulia: Doña Ágata se fue esta mañana a Nueva York, joven. 
 
Diego: ¿A Nueva York? No… no… por favor…
 
Braulia: Hay que abrir esa caja fuerte y avisar a la policía. Tenemos que mostrarles ese maldito diario. ¡Pero ya! ¡Ya!
 
Diego: ¡Yo no me sé la combinación! ¡Ni siquiera sabía que había una caja fuerte ahí!
 
Braulia: Usted llame a su padre a Hawaii, yo voy a llamar a la policía. Tal vez ellos nos puedan ayudar a abrir la caja fuerte. 
 
Diego: Dios mío…  Paloma vive en Nueva York, Braulia. 
 
Braulia: Esa chica está en peligro, joven Diego. Su abuela nunca la pudo ni ver… Estoy segura que si fue para Nueva York es con malas intenciones, hágame caso.
 
Diego: ¿Qué hago, Braulia? Estamos sólos tú y yo en el rancho. ¿Qué podemos hacer?
 
Braulia: Deje, yo marco a la policía, usted llame a su papá a Hawaii. ¡Apúrese por el amor de Dios!
 
Ambos, muy nerviosos van por sendos teléfonos. Diego está muy preocupado, le cuesta creer lo que le ha contado Braulia y todavía necesita leer ese diario para darse cuenta de que su abuela es una auténtica bruja sin escoba.
 
 
RANCHO HENDERSON
INT. / MANSIÓN, DORMITORIO DE VALERY / DÍA
 
La rubia se encuentra conversando por teléfono con su hermana Fedora, quién está en su recámara en el hotel de Hawaii, disfrutando de su luna de miel con Santiago, el padre de Diego. ¿Recuerdan de su boda, verdad? Ambas hermanas platican por teléfono.



 
Valery: Creo que ese viaje a Canadá, nos va a venir bien a los dos, Fedora. Diego pronto va a caer en mis brazos para olvidarse de esa estúpida de Paloma Mendoza.
 
Fedora: Ay ojalá y se olvide de esa naca… bendita de Dios que se largó a Nueva York para no volver.
 
Valery: Por eso mismo, hermanita… Ya ha pasado mucho tiempo y como ella no quiere saber nada de él, Diego ya pronto me va a dar una oportunidad. De este viaje a Montreal no pasa que hagamos el amor, Fedora.
 
Fedora: Jajajaja, genial, Valery, quiero todos los detalles de esa noche. ¿Me lo contarás?
 
Valery: Por supuesto… (Sonríe) ¿Por cierto, dónde está tu marido? ¿Y Santiago? ¿No está contigo en la habitación?
 
Fedora: Fue al gimnasio del hotel a hacer un poco de bici estática. Ya sabes como es.
 
Valery: Ahm… entiendo… Bueno pues lo que te decía, mi amor…
 
 
RANCHO LARSON WEST
INT. / MANSIÓN, DESPACHO DE ÁGATA / DÍA
 
Diego cuelga el teléfono pues el móvil de Fedora está comunicando, ya que está hablando con su hermana Valery. En ese momento entra Braulia, nerviosa y agitada al despacho.



 
Braulia: ¿Qué pasó? ¿Logró hablar con su padre, joven?
 
Diego: ¡No, nada! ¡No contesta al teléfono y el de Fedora está comunicando! Debe estar hablando con alguien.
 
Braulia: La policía ya viene en camino, tenemos que abrir esa caja fuerte a cómo dé lugar.
 
Diego: A ver… Quita el cuadro de ahí.
 
Braulia: Ahorita mismo…
 
Entre los dos retiran el cuadro de la pared, el cuadro de Richard Larson, el difunto abuelo de Diego, bueno todos sabemos que su verdadero abuelo era Matías, él no.
 
Diego: Ajá, así que esta era la famosa caja fuerte secreta… jamás imaginé que mi abuela escondiera esto aquí… 
 
Braulia: Pues ya ve, yo tampoco estaba enterada. 
 
Diego: Cual será la combinación… cuál… (Mirando la caja fuerte)
 
Braulia: ¿Cuántos números suelen llevar ese tipo de claves?
 
Diego: No lo sé, depende de la caja y de la persona. Es casi imposible averiguar… Un momento… (Abriendo los cajones del escritorio)
 
Braulia: ¿Qué busca joven?
 
Diego: Mi abuela tiene mala memoria, tiene que tener apuntada la clave en alguna parte, la combinación. Estoy seguro.
 
Braulia: Deje que le ayudo… (Rebuscando en cajones, muebles, carpetas…)
 
 
NUEVA YORK, NY.
EXT. / CALLE / DÍA
 
Paloma pasea por la calle con su bebé en el cochecito, acompañada por su sobrino Iván. Los dos conversan.
 
Paloma: ¿Y qué tal el colegio, Iván?
 
Iván: Todo bien, tía, ya terminamos los exámenes. 
 
Paloma: ¿Claudia sigue dándote clases?
 
Iván: Sí, todos los niños están encantados con ella. Lo peor que llevo es el inglés.
 
Paloma: Bueno esa escuela es para niños hispanos pero te viene bien estudiar algunas materias en inglés, cariño.
 
Iván: Ya lo sé, eso me dice mi mamá.
 
Paloma: Vamos al parque aquel de enfrente… (Se disponen a cruzar la calle por un paso de peatones)
 
 
INT. / COCHE DE ERNESTO / DÍA
 
Ernesto, al volante, y doña Ágata a su lado, observan a lo lejos a Paloma con los dos niños, su sobrino y su hijo en el cochecito.



 
Ágata: Maldita desgraciada… ¡Ahora si que vamos a ajustar cuentas esa perra y yo! (Se baja del coche, Ernesto se queda dentro en silencio mirando)
 
La vieja villana camina a paso firme hacia Paloma y los niños. La joven no se da cuenta y se encuentran de frente con doña Ágata.
 
Ágata: Hasta que al fin se descubre tu mentira, desgraciada… ¡Zorra!
 
Paloma: ¡Doña Ágata! ¿Se puede saber que hace usted acá?
 
Ágata: Lo sé todo, malnacida… Ese bebé que llevas ahí es hijo de mi nieto Diego. ¡Habla maldita cínica!
 
Iván: ¡No le hables así a mi tía, abuela!
 
Ágata: ¡Tú te callas, Iván! Mira Paloma, ahora mismo me vas a entregar a ese niño. Diego tiene derecho a saber que tiene un hijo.
 
Paloma: ¡No pienso entregarle a Daniel! ¡Antes muerta que dejar que mi hijo se vaya con una mujer como usted! 
 
Ágata: ¡Te he dicho que me entregues al niño, desgraciada! 
 
Ambas mujeres forcejean con el cochecito, Iván comienza a gritar para pedir ayuda pero nadie acude en su auxilio. Doña Ágata le pega una brutal bofetada a Paloma y la tira al suelo. La villana empuja el cochecito a toda prisa por la acera rumbo al auto de Ernesto. 
 
Paloma: ¡Mi hijo! ¡Ayuda por favor! ¡Se llevan a mi hijoooooooo!!! ¡Ayudaaaaa!!! (Histérica, chillando)
 
Paloma se levanta del piso y sale a la carrera. El pequeño Iván corre también tras su abuela para recuperar a su primo pero es inútil, la villana les lleva ventaja y a pesar de su edad corre velozmente, como una pantera, a toda prisa empujando el cochecito. Doña Ágata consigue llegar al auto de Ernesto. Acto seguido toma el bebé en brazos y entra en el coche con él cargado.
 
 
INT. / COCHE DE ERNESTO / DÍA
 
Doña Ágata, sentada en el asiento de copiloto, con su bisnieto en brazos, ordena a Ernesto arrancar.
 
Ágata: ¡Vamos, arranca este trasto! ¡Rápido! 
 
Ernesto: ¡Enseguida, doña Ágata!
 
El coche arranca bruscamente, Ernesto da un volantazo y escapan del lugar a toda velocidad. Paloma e Iván no son capaces de alcanzarlo.
 
Paloma: ¡Dios mío! ¡Mi hijo! ¡Danielllllllllll!!! ¡Danielllllllllll!!!
 
Iván: ¡Tenemos que avisar a la policía, tía! ¡Córrele! 
 
Paloma: ¡Hay que avisar también a tu mamá, a César! ¡Ay mi niño! ¡Mi hijooooooooooo!!!
 
 
RANCHO LARSON WEST, WISCONSIN
INT. / MANSIÓN, DESPACHO DE ÁGATA / DÍA
 
Diego y Braulia siguen buscando la dichosa combinación anotada en algún papel. Sin ella no podrán abrir la caja fuerte donde se guarda el famoso diario de doña Ágata.



 
Diego: ¡Aquí está! (Sacando un papel de un cajón)
 
Braulia: ¡Rápido, necesitamos abrir esa caja fuerte, Diego! ¡Apúrese, la policía debe estar por llegar al rancho!
 
Diego: A ver… (Mirando el papel, girando a la vez la ruleta de la caja fuerte) 5, 8, 9, 5…. 7, 3… 
 
Se escucha un leve click en la caja fuerte, Diego logra abrirla.
 
Braulia: ¡Eureka! ¡Al fin! Tome ese diario, lea… lea por el amor de Dios.
 
Diego: Esto es muchísimo que leer, Braulia… Demasiado… no tenemos tiempo. (Ojeando el diario)
 
Braulia: Da igual, la policía lo hará, la letra es manuscrita por doña Ágata, aquí confiesa todos y cada uno de sus crímenes.
 
Diego: Espera… (Leyendo) ¡Aquí! ¡Aquí dice que ella mató a Matías! ¿Matías era mi abuelo? No… no esto no puede ser cierto… Matías era el padre mi papá, Braulia.
 
Braulia: Dios mío… (Alucinada) ¿Pero cuantas mentiras y secretos guarda esta mujer en ese dichoso diario? 
 
Diego: Esto no puede estar pasando, mi abuela nos ha tenido engañados a todos durante años, Braulia.
 
Braulia: Debería avisar a la señorita Paloma… 
 
Diego: ¡Sí, es cierto, con todo esto de la caja fuerte y el diario lo olvidé! (Tomando el teléfono)
 
 
NUEVA YORK, NY.
INT. / LOCUTORIO MENDOZA / DÍA
 
Eva se encuentra limpiando los cristales de las ventanas del locutorio, mientras su hermano César atiende a unos clientes en el mostrador. Suena el celular del chico y…



 
César: ¿Sí, bueno?
 
Diego: ¡César, César, por favor no me cuelgues, soy Diego!
 
César: ¿Qué quieres Diego? (Con mal tono) ¿Cómo conseguiste mi número?
 
Diego: Eso ahora no importa César, necesito hablar con tu hermana. ¿Dónde está Paloma?
 
César: Salió a dar un paseo con mi sobrino y con…
 
En ese momento Eva le mira y le hace señas de no decir nada.
 
César: Salió… ¿Qué quieres? Paloma no quiere hablar contigo, Diego. No quiere saber nada más de ti.
 
Diego: Yo lo sé pero escúchame creo que podría estar en peligro…
 
César: ¿Quéee?
 
Diego: Es muy largo de contar, pero he descubierto un diario de mi abuela Ágata… un diario donde confiesa varias atrocidades, crímenes… 
 
César: ¿Pero de que demonios estás hablando Diego? ¿Te volviste loco?
 
Diego: ¡Cállate y escúchame César, por favor! Necesito busques a Paloma lo antes posible, mi abuela está en Nueva York y temo le haga daño. Ágata Larson es una asesina.  ¡Mi abuela mandó matar a mi mamá! ¡Y mató a mi abuelo con sus propias manos! Todo eso y mucho más lo dice en su diario.
 
César: Dios santo, no puedo creerlo… (Horrorizado)
 
Eva: ¿Qué pasa César?
 
César: ¡Ahora te cuento, espera!
 
 
INT. / AEROPUERTO JFK DE NUEVA YORK, ZONA DE SALIDAS / DÍA
 
Doña Ágata llega con el bebé en brazos, acompañada de Ernesto quien la ayuda con la maleta. La villana se acerca al mostrador de American Airlines.



 
Ágata: Disculpe señorita, quería cambiar la vuelta de mi vuelo a Chicago para hoy si puede ser, necesito volar en el primer avión que salga para allá, por favor.
 
Chica: Ok, señora… ¿Viaja con el bebé?
 
Ágata: Sí, es mi bisnieto. ¿Algún problema con ello?
 
Chica: Disculpe pero es que necesito la autorización de uno de los padres del menor para dejarla embarcar en el avión. Son las normas de la aerolínea y del gobierno. Es preciso contar con un pasaporte especial del menor y…
 
Ágata: Le digo que ese niño es mi bisnieto… ¡Mi bisnieto! ¡Soy su bisabuela!
 
Chica: Sí, señora, si yo le creo pero necesito…
 
Ágata: Vámonos Ernesto… (Ambos se marchan)
 
 
EXT. / AEROPUERTO JFK DE NUEVA YORK, PUERTA PRINCIPAL / DÍA
 
Ernesto: ¿Qué piensa hacer doña Ágata? No la van a dejar subir a ningún avión sin la documentación del bebé.
 
Ágata: Maldición… Ya sé… En tren… puedo regresar a Chicago en tren, así tarde un día entero de viaje. Pero mi bisnieto se viene conmigo, no más faltaba.
 
Ernesto: Está bien, yo la llevo a la estación de tren, señora. Pero recuerde que me debe un dinero… No trabajo gratis, lo siento.
 
Ágata: No te preocupes, cuando llegue a la estación te doy lo que acordamos. Además ya te ingresé dinero en tu cuenta antes de viajar a Nueva York esta mañana.
 
Ernesto: Perfecto… Le prometo que después de esto nunca volveremos a vernos… No me interesa ya la estúpida de Paloma. 
 
Ágata: Muy bien… (Sonríe pensando: Te voy a quitar de en medio antes de subir al tren, jajaja)
 
 
INT. / LOCUTORIO MENDOZA / DÍA
 
Paloma y su sobrino Iván llegan al locutorio familiar y…



 
Paloma: ¡Eva, Eva! ¡La vieja está en Nueva York, se llevó a mi bebé!
 
Eva: ¿Quéeee?
 
Cesar: Dios mío, Diego tenía razón, esa mujer es una criminal…
 
Paloma: ¿Se puede saber de qué demonios hablan? ¿Diego llamó?
 
César: Si, hermanita. Parece ser que descubrieron un diario donde Ágata Larson confiesa haber matado a varias personas… entre ellas la madre de Diego.
 
Paloma: ¡Ahhh!!! ¡Tenemos que encontrar a esa mujer antes de que se lleve a mi hijo! ¡A esta hora podría estar volando en cualquier avión para escapar fuera del país!
 
Eva: No eso es imposible, ninguna aerolínea permite subir a un avión un menor de edad sin una autorización expresa de los padres, así son las leyes aquí.
 
César: ¿Y entonces dónde puede haber ido esa mujer con Danielito?
 
Eva: ¡Ya lo tengo, tal vez esté en la estación de autobuses!
 
Iván: ¿Y si se fue en coche?
 
Paloma: Ay diosito… (Nerviosa y hecha un mar de lágrimas)
 
César: A ver, hagamos esto. Iván y yo vamos a la estación de autobuses, ustedes dos vayan a la de trenes. Tal vez demos con Ágata y el niño.
 
Eva: Está bien, César, avisa a Claudia. 
 
En ese momento César y su sobrino Iván salen corriendo del locutorio, poco después Eva y Paloma hacen lo mismo rumbo a la estación de ferrocarril de Nueva York, en pleno Manhattan.
 
 
INT. / COCHE DE ERNESTO / DÍA
 
Un gran atasco se adueña del centro de la ciudad. En el coche de Ernesto doña Ágata se desespera…



 
Ernesto: Tranquila, todavía falta una hora para que salga ese tren a Chicago, doña Ágata.
 
Ágata: Tengo que tomar ese tren, no puedo quedarme en Nueva York.
 
Ernesto: Al fin… (Arranca el coche entre el tráfico)
 
 
RANCHO LARSON WEST, WISCONSIN
INT. / MANSIÓN, DESPACHO DE ÁGATA / DÍA
 
Diego: Aquí dice… (Leyendo el diario) Esto parece sacado de una película… Mi abuela tuvo una hija fuera del matrimonio… Una tal Claudia que dio en adopción.



 
Braulia: ¿Y no será Claudia aquella muchacha que fue maestra del pueblo?
 
Diego: ¿Tú crees?
 
Braulia: Quien sabe… todo podría ser.
 
Diego: Ágata está loca, por ambición, mató a Richard Larson, quien yo creía mi abuelo, asesinó a Matías, que era mi verdadero abuelo y mandó matar a mi mamá en aquel viaje a Colombia. ¡Ágata Larson es una psicópata, Braulia!
 
Braulia: ¡Se lo dije, joven, se lo dije! 
 
En ese momento tocan al timbre… 
 
Braulia: Ya está aquí la policía, tenemos que enseñarle ese diario. Ojalá pronto den con doña Ágata antes de que cometa una nueva locura. 
 
Ambos salen del despacho, Diego con el diario en mano.
 
 
NUEVA YORK, NY.
INT. / ESTACIÓN DE TRENES / DÍA
 
Doña Ágata sube al tren con el bebé acompañada de Ernesto quien le ayuda a colocar la maleta. 



 
Ernesto: ¿Y mi dinero?
 
Ágata: Espera, vamos a la puerta del tren y te lo doy… (Dejando el capazo del bebé sobre un asiento)
 
La villana llega con Ernesto a la puerta del tren y saca una pistola con silenciador de su bolso.
 
Ernesto: ¿Qué está haciendo? ¿Se volvió loca?
 
Ágata: No pienso malgastar mi dinero con un miserable lamebotas como tú, hasta la vista querido, nos vemos… en el infierno. (Disparando)
 
La villana le da un tiro fulminante en el pecho, matando a Ernesto en el acto. El chico cae al andén muerto. Toda la gente grita asustada. Escuchamos música incidental. El tren inicia la marcha. Ágata guarda su pistola y cierra la puerta. La vieja vuelve a su asiento cruzando por los pasillos del tren.
 
Justo en ese momento Paloma y Eva llegan al andén y ven partir el tren con destino a Chicago…



 
Eva: ¡No puede ser!
 
Paloma: Dios mío, Eva… ¿No es ese Ernesto, el primo de Diego? (Lo ven muerto en el andén)
 
Eva: ¡Eso quiere decir que Ágata lo mató! ¡!Esa mujer va en ese tren, Paloma!!!
 
Paloma: ¡Rápido, tenemos que detenerlo! ¡Hay que avisar al control de la estación!
 
Ambas hermanas corren hacia el interior de la estación para hablar con alguien que las pueda ayudar. Necesitan que el tren se detenga y no salga de la ciudad. ¿Lo conseguirán?
 
 
INT. / TREN NUEVA YORK-CHICAGO / DÍA
 
Doña Ágata viaja tranquilamente en su asiento… con el bebé de Paloma y Diego en brazos. La villana habla con él.
 
Ágata: Verás lo bien que vas a estar en el rancho conmigo, con tu papá y con tu abuelito Santiago, mi amor…. Esa mujer nunca te daría la vida que te voy a dar yo, mi rey. (Besando al niño en la frente) Nos espera un largo viaje, mi vida… Pero aquí traje leche, un biberón… Lo tenemos todo previsto, Danielito.
 
 
RANCHO LARSON WEST, WISCONSIN
INT. / MANSIÓN, SALÓN / DÍA
 
Diego y Braulia hablan con dos agentes de policía. Uno de ellos lee el diario.
 
Diego: Por favor, agentes, tienen que ayudarme. Mi abuela está loca.
 
Policía1: Vamos a dar parte a comisaría y enseguida darán con ella, sólo necesitamos una orden de búsqueda y captura.
 
Diego: Mi exnovia está en peligro, agente… Mi abuela podría ser capaz de matarla también a ella. 
 
 
INT. / COCHE ALQUILADO / DÍA
 
Eva y Paloma viajan en un coche alquilado en al estación de tren. Las dos hermanas no han logrado que detengan el tren. Nadie las creyó. Paloma maneja el auto con rapidez por la carretera siguiendo al lado la vía del tren. El convoy viaja a toda velocidad… 
 
Eva: El tren se detendrá pronto, la próxima estación creo que queda muy cerca de aquí, Paloma. 
 
Paloma: ¡Tengo que subir a ese tren! ¡Tengo que recuperar a mi hijo, Eva!
 
Eva: Tranquila, tranquila Paloma… estoy segura llegaremos antes que el tren. 
 
 
INT. / ESTACIÓN DE UN PUEBLO / DÍA
 
El tren se detiene en una estación de paso, un pequeño pueblo a pocos kilómetros de Nueva York. Paloma logra subir al tren pero a Eva no le da tiempo. El tren arranca. Eva llama a la policía con su celular. Dentro del tren, Paloma busca por todos los lugares a doña Ágata con el bebé, caminando por el pasillo, vagón por vagón.
 
 
INT. / TREN NUEVA YORK-CHICAGO / DÍA
 
Paloma consigue dar con doña Ágata y Danielito. El bebé descansa en un capazo en el asiento contiguo al de la malvada villana. Doña Ágata se queda alucinada al ver a Paloma en el tren.
 
Ágata: ¡PALOMA!!! (Horrorizada, se levanta de su asiento)
 
Paloma: Maldita vieja del demonio… ¡Bruja! ¡Ahora si que vamos a ajustar cuentas usted y yo desgraciada!
 
Delante de varios pasajeros, Paloma le suelta una brutal y sonora bofetada a doña Ágata, tan fuerte que su sonido llena la escena. Escuchamos música incidental.
 

 
Doña Ágata la toma del cuello tratando de ahorcarla. Los viajeros, asustados no saben como reaccionar. El tren sigue a toda velocidad. Ambas mujeres se enzarzan en una fuerte pelea, se tiran de los pelos, el escándalo es monumental. Doña Ágata intenta ahorcarla con sus propias manos… Paloma la pega un fortísimo puñetazo rompiéndole la nariz. La villana sangra abundantemente pero no se amilana y sigue la pelea. La vieja trata de sacarle los ojos con sus propias uñas a Paloma. La morena la toma del cabello y la empuja contra la puerta del vagón. Ambas mujeres siguen la pelea sin descanso entre gritos y chillidos. Doña Ágata la empuja hacia el vestíbulo del vagón…  Escuchamos música incidental.
 
La pelea es brutal. La villana abre la puerta del tren y trata de tirar a Paloma fuera del vagón, hacia las vías, al campo. El convoy viaja a toda velocidad. Ágata la intenta ahogar, la araña la cara. Paloma está a punto de caer fuera del tren. La vieja villana la empuja con fuerza pero la chica no se deja de ella. En segundos la situación se torna al revés y es Ágata quien está al borde de la puerta del vagón. Paloma y ella siguen la pelea, una auténtica pelea de gatas a bordo del tren. A lo lejos se oye al pequeño Danielito llorar en su capazo. En ese momento doña Ágata pierde el equilibrio y cae fuera del tren, rodando por las vías, la fuerza de succión del convoy la absorbe bajo las ruedas y la destroza brutalmente. El tren la pasa por encima. Doña Ágata muere de una forma horrible, descuartizada por las ruedas del tren. Paloma grita horrorizada mirando por la puerta del vagón en marcha. Escuchamos música incidental.
 
 
DÍAS DESPUÉS
RANCHO LARSON WEST
INT. / MANSIÓN, SALÓN / DÍA
 
Diego y Paloma platican en el salón. El chico tiene a su hijo en brazos.



 
Diego: ¿Por qué me mentiste, Paloma? ¿Por qué no me dijiste que tenía un hijo?
 
Paloma: Yo… lo siento, Diego… yo…
 
Diego: Yo te amaba, nunca te engañé con nadie, Paloma, jamás. Todo fue una trampa de mi abuela.
 
Paloma: Lo sé, ese diario estaba lleno de secretos, mentiras y crímenes… Es horrible lo que llegó a hacer tu abuela por ambición.
 
Diego: Mi abuela Esther tenía razón. Estaba investigándola pero gracias a Dios Braulia lo descubrió todo. La criada nos abrió los ojos a todos.
 
Paloma: ¿Y tu padre? ¿Cómo está tu papá?
 
Diego: Va a divorciarse de Fedora…
 
Paloma: ¿Y eso por qué? Si apenas hace poco que se casaron. ¿No?
 
Diego: Descubrimos que Valery fue quien mandó incendiar la floristería de tu hermana Eva, en aquel incendio en el que casi muere César.
 
Paloma: No me digas que Fedora fue su cómplice.
 
Diego: No lo sé pero después de todo esto mi papá no quiere saber nada de ella. De hecho Valery está detenida y puede ir a prisión. Fedora va a vender el rancho y se marchará a vivir a Seattle.
 
Paloma: Al menos todo ha terminado bien… Diego…
 
Diego: Nunca te fui infiel con aquella rubia del hotel de Miami. Mi abuela la contrató para separarme de ti.
 
Paloma: Esa mujer era peor que una víbora pero… sabes… Me dio pena la forma en que murió. Todavía tengo pesadillas con ese día en el tren.
 
Diego: Afortunadamente tanto mi hijo Daniel como tú están bien. (Besando al niño en la mejilla) Te amo hijo. (Sonríe tierno)
 
Paloma: ¿Qué vas a hacer, Diego?
 
Diego: Mi papá y yo vamos a vender el rancho, Paloma. 
 
Paloma: ¿En serio, y eso?
 
Diego: Bueno, ya sabes que mi tío Germán fue detenido en Suiza por complicidad con mi abuela en la muerte de mi mamá. Mi tío declaró que su difunta esposa, fue quien mató a mi tío Miguel, el marido de Eva.
 
Paloma: Entiendo… Dios mío esto parece una pesadilla… Diego.
 
Diego: Así que le daremos a mi prima Yamila la parte que le corresponda y ya. Ella sigue viviendo en Suiza.
 
Paloma: Sí, ya me dijiste… Bueno pues yo ya tengo que regresar a Nueva York con mi familia. Diego… Eva, César, Claudia e Iván me esperan allá.
 
Diego: ¿Puedo ir contigo?
 
Paloma: ¿Quieres venir con nosotros a Nueva York?
 
Diego: Sí, mi papá quiere quedarse aquí. Braulia cuidará de él, va a comprar una casita en el pueblo y a ponerse a trabajar en el ayuntamiento como concejal.
 
Paloma: ¿De verás quieres venir conmigo? (Sonríe)
 
Diego: Yo te amo, Paloma, te amo y tanto tú como mi hijo son lo más importante en mi vida. No podría estar lejos de ustedes. Y menos ahora.
 
Paloma: Yo también te amo, Diego.
 
Diego: ¿De verdad? ¿Eso quiere decir que…?
 
Paloma: Que vamos a olvidar el pasado y a vivir el presente y el futuro juntos y con nuestro hijo. (Sonríe)
 
Diego: Te amo… 
 
Paloma: Y yo a ti…
 
En ese momento ambos se funden en un romántico y apasionado beso. Escuchamos música (Siempre – Cesar Román)
 
Siempre, siempre tú estás presente
En mi corazón y en mi mente
Siempre quiero tenerte, entre mis brazos y no perderte…
 
Y así termina “El Poder del Dinero” con la pareja protagonista besándose en el salón de la mansión del rancho, con el pequeño Daniel en brazos de su papá.
 

FIN.